La dislexia no suele favorecer el aprendizaje de otro idioma, especialmente uno tan opaco como el inglés, por eso vemos muchos mensajes en foros sobre la dificultad que tienen los estudiantes con dislexia cuando tienen que afrontar clases de inglés en el colegio o el bachillerato. Sin embargo, la experiencia que hemos acumulado nos enseña que no es una tarea imposible y que se trata, sobre todo, de cambiar la estrategia a la hora de aprender y enseñar.
Una parte fundamental en el aprendizaje de cualquier idioma es el vocabulario. Es la parte más importante, incluso más importante que la gramática. Sin embargo, muchos cursos de inglés se centran principalmente en la gramática y dejan el tema del vocabulario como algo secundario, algo para hacer en casa.
Sin embargo, es precisamente el vocabulario el que nos permite comunicarnos en otro idioma. Nos da las herramientas para expresarnos y hacernos entender, pero también para comprender a la otra persona.
Hoy vamos a hablar de una estrategia para que un estudiante con dislexia alcance el dominio del inglés fortaleciendo el vocabulario.
Para ello tenemos 3 claves (o fases) igualmente importantes y muy prácticas para el cerebro disléxico:
Observar
Sabemos que la mayoría de los estudiantes con dislexia les dificulta los textos escritos, pero muy bien con imágenes. La primera clave, entonces, es que el alumno vea no sólo la palabra que va a aprender en forma escrita, sino también una imagen que la represente. Puede ser una imagen en papel (o en la pantalla), pero también puede ser un objeto. Hay gente que llena su casa de post-it. En la mesa hay un post-it con «MESA», en la silla con «SILLA», etcétera. Lo importante es que el alumno pueda vincular la nueva palabra (en este caso «mesa» y «silla») con algo visual, ya sea el objeto en cuestión o una imagen del mismo.
Las personas con dislexia tienen poca capacidad para decodificar textos escritos, pero sí tienen una alta capacidad visual y/o kinestésica. Por lo tanto, las señales visuales y cinestésicas funcionan bien para su cerebro.
Repetir
La primera fase, vincular una nueva palabra con el objeto que la representa, fomenta la creación de nuevas conexiones neuronales, lo que constituye nueva información en la memoria de trabajo o memoria a corto plazo. Ahora es importante anclar estas conexiones, porque si no lo hacemos, las conexiones desaparecen poco después de ser creadas. Es importante llevar la información de la memoria de trabajo a la memoria a largo plazo. Este anclaje se realiza mediante la repetición. Cuanto más repetimos esta conexión neuronal (entre la nueva palabra y el objeto que la representa), más firmemente permanece en nuestra memoria a largo plazo. Pero no se trata de repetirlo 50 veces seguidas para consolidar estos conocimientos, sino de hacerlo con pocas repeticiones y con intervalos entre sesiones. Los intervalos pueden ser de varias horas o de un día (no deben ser demasiado largos, de lo contrario el nuevo aprendizaje desaparece de la memoria a corto plazo). Mientras trabajamos con estudiantes con dislexia, es muy importante que las repeticiones se realicen de forma multisensorial. A veces con imágenes, a veces con objetos, a veces con audio (o la palabra hablada) y a veces (aunque sea más difícil debido a su dislexia) con palabras escritas. No sólo podemos cambiar el canal, sino también la presentación (lista de palabras, juego, rompecabezas, cómic, historia, vídeo, canción, colores, etc.). Cuantos más canales y presentaciones utilicemos, mejor se anclará la información.
Contextualiza
Al cerebro disléxico no le suelen gustar las cosas abstractas. Por tanto, la última fase del aprendizaje de vocabulario es la contextualización.
Utilizamos el nuevo vocabulario en situaciones reales como conversaciones o historias para hacer ver al alumno que el vocabulario es realmente útil para poder comunicarse mejor.
El uso activo del nuevo vocabulario aprendido en situaciones que simulan una comunicación real es mucho mejor que dar una lista de palabras en la columna de la izquierda y pedirle al alumno que la traduzca en la de la derecha. Es mucho mejor pedirle al alumno que use las nuevas palabras en una conversación o historia real o hacerle preguntas y decirle que tiene que responder usando el nuevo vocabulario. A través de estos ejercicios, el nuevo vocabulario tiene sentido comunicativo para el alumno y se retiene mucho mejor en la memoria a largo plazo.
Y un pequeño secreto extra…
Todo lo que hemos dicho aquí para los alumnos con dislexia también funciona de maravilla para los alumnos sin dislexia, y esto es válido para casi todas las adaptaciones que cualquiera puede hacer para los alumnos con dislexia.