La narración de historias o el método de “storytelling” es una de las formas más antiguas de comunicación y educación de los seres humanos. Los registros más antiguos de narración que tenemos son relatos visuales, como los dibujos rupestres prehistóricos. Posiblemente se basen en experiencias personales y tradiciones orales, que fueron transmitidas de generación en generación de boca en boca. Además, las fábulas, historias con un mensaje explícitamente didáctico, han sido un medio de educación y se pueden encontrar en muchas civilizaciones antiguas diferentes en todo el mundo.
A lo largo de los años, se ha dicho mucho en la literatura sobre la eficacia de la narración de cuentos como herramienta pedagógica en el desarrollo específico de habilidades lingüísticas tanto en la primera lengua (L1) como en una lengua extranjera o segunda (L2), independientemente de las habilidades de los estudiantes. edad o antecedentes (por ejemplo, Cameron, 2001). Las historias presentan elementos lingüísticos, paralingüísticos y culturales que ayudan eficazmente a los estudiantes a desarrollar sus habilidades en lenguas extranjeras.
Posiblemente sea uno de los métodos más eficaces y atractivos para el aprendizaje de idiomas extranjeros que ayuda a los alumnos a mejorar su vocabulario, gramática, comprensión auditiva y fluidez general. Estas son algunas de las ventajas clave de utilizar la narración en la adquisición del lenguaje:
- Los alumnos mejoran el vocabulario y las habilidades auditivas
Los alumnos están expuestos a una amplia gama de vocabulario. Dado que este vocabulario se presenta en contexto y ellos tendrán una exposición de forma repetida, es más fácil desarrollar una mejor comprensión de las nuevas palabras y expresiones. - Mejora las habilidades para hablar
Los alumnos pueden volver a contar o incluso representar la historia que han esuchado. La narración también estimula la conversación, donde ellos harán uso directo del vocabulario y las expresiones recién adquiridas. - Fomenta el entendimiento cultural.
Las historias suelen reflejar los aspectos culturales de una lengua, incluyendo costumbres, tradiciones y valores. A través de las historias, los estudiantes obtienen información sobre los matices culturales de la lengua de destino, fomentando la competencia intercultural y una apreciación más profunda de la lengua (Byram, 1997). - Crea una mayor motivación
La narración de historias es muy atractiva. Con ello se captará la atención de los alumnos desde el principio y hará que el aprendizaje sea agradable. A mayor nivel de atención, la retención del contenido aprendido es mayor, por lo que la mejora de los alumnos es mayor de lo habitual, se sentirán más realizados y motivados para seguir aprendiendo.
Si te preguntas qué tipo de historia deberías elegir para tus alumnos, aquí hay algunas ideas con las que puedes trabajar:
- Experiencias personales: Extrae de tu propia vida y experiencia. Piensa en eventos importantes, incidentes divertidos o momentos emotivos que no le importa compartir con tus alumnos.
- Cuentos populares y mitología: explora cuentos populares, mitos y leyendas tradicionales de tu propia cultura, pero también de otras. Estas historias suelen tener temas atemporales y contienen lecciones morales que cautivarán a tus alumnos.
- Literatura y libros: sumérgete en libros y literatura para encontrar historias que resuenan en tus alumnos. Busca cuentos, novelas o incluso poesía que puedas adaptar y contar a tu manera. Y no busques sólo autores y trabajos conocidos. Sorprenda a tus alumnos con literatura de diferentes países y perspectivas culturales.
- Familiares y amigos: Habla con tus familiares y amigos. Es posible que tengan algunas historias o anécdotas geniales que puedas compartir con tus alumnos o usar como inspiración para una historia.
- Tradiciones y costumbres culturales: explora tu propio trasfondo cultural o investiga otras culturas para encontrar historias arraigadas en sus tradiciones, costumbres o folclore. Este es un enfoque muy interesante cuando tienes alumnos de diferentes orígenes culturales.
Contar historias es un proceso muy creativo y puedes encontrar inspiración en una amplia gama de fuentes. Elije historias con las que tus alumnos puedan identificarse, pero también aquellas que les apasionen, ya que su entusiasmo brillará mientras les cuentes la historia…